Educación política y comunicación preventiva



En estos tiempos resulta difícil entender los procesos de educación política y comunicación preventiva también en las redes sociales, sino se toman en cuenta conceptos como la “gestión de la información del riesgo”, sino se comprenden las diferentes etapas de la “comunicación de crisis” y no se está al día con las novedades ó los retos que plantea el uso y aplicación de las redes sociales también en los desastres, que rápidamente se expanden en los entornos virtuales.

De hecho existen terminologías técnicas, con las que los profesionales de la comunicación, políticos, educadores y ciudadanos comunes ciber-conectados, deben familiarizarse, para garantizar la emisión y la comprensión con discernimiento y criterio, de informaciones oportunas, claras y útiles a la colectividad antes durante y después de un evento de conmoción social.

Es así como se hace necesario saber que el riesgo, es entendido como la probabilidad de pérdidas y daños futuros a niveles tan grandes que un grupo social no es capaz de absorberlas, enfrentarlas y recuperarse, empleando sus propios recursos y reservas. El riesgo se concibe conceptualmente como una función de dos variables: la amenaza y la vulnerabilidad. Esta relación de variables, es de vital importancia a la hora de analizar el riesgo (también en la comunicación) que se corre en determinada situación y mucho más cuando se analiza el riesgo de desastres. Por otra parte, los desastres son situaciones o procesos que se desencadenan como resultado de la manifestación de un fenómeno de origen natural, tecnológico o provocado por el hombre y que, al encontrar condiciones propicias de vulnerabilidad en una población, puede causar alteraciones intensas, graves y extendidas en las condiciones normales de funcionamiento de una comunidad, que superan su capacidad de responder.

De modo de la Gestión de la información en riesgos y desastres viene a ser, un conjunto de políticas, decisiones administrativas y actividades operativas que aplicadas antes, durante o después de los desastres, tienen por finalidad evitar la ocurrencia de los mismos o bien reducir sus consecuencias. En el libro “Comunicación, Emergencias y Desastres: Periodismo Ciudadano Digital”  de la autoría de quien suscribe este documento @ceinetts se recuerda el planteamiento del periodista Carlos Morales Monzón quien en su manual “Periodistas por la gestión del riesgo de desastres” editado en Guatemala en el año 2006, identifica tres fases en este proceso:

“1.- Prevención: Es la fase en la que se desarrollan acciones dirigidas a evitar los daños que pueden causar las amenazas socio naturales -generadas por el hombre-. Si se está claro en que las amenazas naturales o fenómenos naturales son imposibles de evitar, entonces es posible enfocar los esfuerzos a reducir la probabilidad de que ocurran en condiciones de vulnerabilidad y que suponen un riesgo de desastre.
2.- Mitigación: Son las acciones dirigidas a disminuir los factores de vulnerabilidad física, ecológica, económica y social.
3.- Manejo del desastre:
Comprende las acciones para la preparación ante la emergencia, la atención de la emergencia, la rehabilitación y la reconstrucción.”

Es en el ahora en sustitución del antiguo antes, o en la preparación de la gestión, cuando se identifica lo que debemos saber al momento de que la amenaza se concrete, para así reducir sus efectos. Esto se logra, a través del análisis de la experiencia anterior, ya que es importante a partir de experiencias vividas en desastres previos, poder potenciar lo que se puede escribir ó gerenciar desde la comunicación de prevención. Por ejemplo, si ya se tuvo la experiencia de cubrir periodísticamente un terremoto, se debe partir de esa práctica, para tomar las previsiones ante la posibilidad de un desastre similar.

Investigaciones recientes están demostrando que múltiples herramientas disponibles en Internet como Facebook, Twitter, Instagram y YouTube entre otras, tienen un poderoso y masivo alcance para facilitar el intercambio de conocimiento. Por eso ahora es un reto demostrar científicamente, que pueden resultar muy útiles en la prevención, mitigación y el manejo del desastre, así como en la coordinación de ayuda en medio de una crisis humanitaria provocada por un desastre (natural o causada por la intervención del hombre).

El aprovechamiento de las redes sociales así como de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC´s) en estos contextos, se ha extendido en los países de Latinoamérica y del Caribe incluyendo a la República Dominicana. Aunque de forma tímida y aislada, se comienza a comprender también en el país, que son herramientas potencialmente útiles para detectar necesidades, coordinar acciones en medio de crisis y evaluar resultados post-desastres de una forma colectiva y cyber-conectada.

No hay que olvidar que la seguridad, es una necesidad de alto interés para el ser humano y que el psiquiatra Abraham Maslow muy bien explica a través de la pirámide que establece de forma jerárquica y ascendente en diferentes niveles que van desde las necesidades fundamentales (fisiológicas, de alimentación, vivienda, etc.) hasta llegar a las de reconocimiento y auto realización del individuo. Sin embargo, al dar un vistazo a los escenarios de comunicación política, es posible apreciar que el tema de la prevención en muchos casos, pasa desapercibido.
 Es mucho el dinero que se invierte en represión y rehabilitación y muy poco en seguridad pero desde la prevención. Es así como se evidencian discursos en campaña con mensajes que llegan al “corazón” y emociones de los individuos, por lo regular asociados a sus intereses o necesidades “del estómago”, pero que en el mediano y largo plazo, el desencanto social se expresa cuando en la realidad social se evidencian otras percepciones y surgen las guerras mediáticas con mensajes que caldean los ánimos y las amarguras “del hígado”.    


Lamentablemente, existe una práctica generalizada en los medios de comunicación de elaborar información de crisis, ya cuando el peligro es inminente. Una realidad, que muchos sectores que apuestan por la efectividad de los productos creativos y multimedia que emanan desde los departamentos Socialmedia, está cambiando a pasos vertiginosos y creando una transformación de los procesos tradicionales de comunicación. De modo que las nuevas gerencias de comunicaciones y relaciones públicas, se plantean nuevos y fácticos retos, frente a las múltiples opciones de llevar mensajes a los públicos.  
 
Hechos demuestran que redes como Facebook y Twitter, han dejado de ser herramientas sociales para el ocio, la diversión y la vana acción de compartir información ó fotos sobre gustos y estados de ánimos, ahora investigaciones evidencian que están incidiendo en la conducta de los individuos y de los grupos sociales a los cuáles pertenecen. James Fowler @James_H_Fowler de la Universidad de California dice por ejemplo que “así como el cerebro puede hacer cosas que ninguna neurona consigue por sí sola, las redes sociales logran lo que una persona no puede hacer en solitario a través de sus mensajes”.

Con esta afirmación Fowler, plantea un efecto de contagio a partir de la consciencia del individuo sobre el poder mediático y su comprensión de cómo las informaciones difundidas pueden incidir en los comportamientos humanos. Esta lógica se refleja a diario países como República Dominicana, cuando medios de comunicación, empresas, algunas instituciones del estado y actores de la vida pública nacional (hoy día con la mayor cantidad de seguidores en Twitter) emiten mensajes que rápidamente se expanden, influyen y hacen reaccionar al colectivo con altas dosis de intencionalidad.

Siendo así, las instituciones que componen el sistema nacional de prevención, mitigación y respuesta ante desastres en cualquier país, tendrían la potencial oportunidad de gestionar la seguridad y el riesgo del estado, también en los entornos virtuales aprovechando el uso oportuno de las tecnologías de la información y romper con el prejuicio de que las brechas existen por el analfabetismo digital que impera en los países que se encuentran en vías de desarrollo.

La experiencia nacional indica en la República Dominicana, que así como en otros países del Océano Atlántico y el Mar Caribe afectados cada año por estos fenómenos atmosféricos, las coordinaciones logísticas y operativas en momentos críticos, requieren de la información inmediata para salvar y salvaguardar vidas. Es por eso que lo que mensajes de anticipación y soluciones, se convierten en una gran ayuda especialmente donde las catástrofes tienen un carácter cíclico y pueden preverse por medios científicos y de comunicación digitales.

Cuando la situación de crisis es inminente o ya se ha desencadenado cuando hay huracanes o cualquier otro evento, las estrategias de seguridad de los estados se sustentan en mensajes de alerta y pre alerta, así como de las recomendaciones que los acompaña. Esto es, para que la información llegue a los ciudadanos y se reduzcan lo máximo posible los riesgos ante el posible impacto de los acontecimientos y se maneje oportunamente la percepción de seguridad ante la opinión pública.

Recientemente, la Federación Internacional de la Cruz Roja publicó en este 2013 el Informe Mundial sobre Desastres el cual tiene como tema central, la tecnología y la acción humanitaria. En este documento, la institución analiza como esta revolución en las comunicaciones está influyendo enormemente en la forma en que las personas responden a las emergencias. 

El estudio indica que en todo el mundo hay actualmente 6.8 billones de suscripciones de telefonía móvil y 2 mil millones de suscripciones de acceso móvil en banda ancha a Internet. Estas cifras llaman la atención, en virtud de que la población mundial es de actualmente unos 7.100 millones de personas. Con todo, sigue habiendo una brecha digital importante: la experiencia indica que aunque después de un desastre más del 90 por ciento las vidas salvadas corren por cuenta de vecinos locales y  paradójicamente, son éstos quienes suelen estar en las situaciones más vulnerables para acceder a las tecnologías.


Según reportes de la Cruz Roja Internacional, durante el tifón Pablo de 2012 los equipos de intervención de emergencia en Filipinas (donde más del 90% de la población tiene un teléfono móvil) procesaron miles de mensajes en Twitter —incluyendo imágenes y vídeos— y trazaron rápidamente mapas de los daños ocasionados por la tormenta, que ayudaron a orientar su respuesta con mayor eficacia.

Estas nuevas tecnologías, cuando se combinan con imágenes de satélite y sistemas de información geográfica (SIG), permiten a las organizaciones de socorro determinar con precisión el lugar donde se necesita asistencia. Así que para los fines de esta investigación, este antecedente es de valiosa importancia, dado que si algo caracteriza a la República Dominicana, es el difícil acceso para dar asistencia en lugares remotos cuando el país colapsa por ejemplo, con las inundaciones en Temporada Ciclónica.

El acceso ciudadano a este tipo de tecnologías y su colaboración a través de datos que puedan publicar en las redes durante las fases de las emergencias, se ha dado en los últimos años y han servido de referencia a las instituciones que garantizan la seguridad y la gestión del riesgo, pero si se organiza la población y se le educa para que lo hagan de una forma más organizada, la autora de esta tesis entiende pudieran surgir mejores de resultados de inmediata respuesta. 

Aún así, Patrick Vinck precisamente redactor de este informe mundial y director del programa destinado a las poblaciones vulnerables realizado en el marco de la Iniciativa Humanitaria de la Universidad de Harvard, entiende que a las organizaciones humanitarias les sigue faltando capacidad para analizar enormes cantidades de datos de emergencia y procesarlos en información que puedan utilizar los socorristas.

Vale la pena mencionar en este estudio a Patrick Meier +Patrick Meier (2012) un científico de origen africano del Qatar Computing Research Institute y quien desarrolla el Proyecto de Inteligencia para dar Respuestas a Desastres con un sistema de software libre que utiliza algoritmos de clasificación automática de tweets a gran escala (con especificaciones de necesidades, gestión de ayuda, etc.)  
 Este científico determinó junto a su equipo de investigación, que en noviembre del año 2012 más de 2 millones de tweets fueron difundidos durante el huracán Sandy, menciona como antecedente de su trabajo que en el 2011 más de 5 mil 500 tweets por segundo fueron difundidos tras el tsunami y el terremoto en Japón, y que en enero del 2010 los usuarios de esta red social publicaron más de 2 millones de tweets sobre Haití tras el terremoto de enero en puerto Príncipe.

Meier, es creador de la tecnología CrisisMapping, una plataforma que rastrea y vectoriza en tiempo real mapas interactivos con datas de emails, mensajerías de teléfonos celulares y redes sociales y que le llevaron a diseñar la web www.micromappers.com a través de aplicaciones microtraskings y que a su vez hacen posible la creación de una “Red Digital Humanitaria”.

En el 2011 con el terremoto y tsunami de Japón, pudo detectar con su equipo de trabajo, la emisión de unos 300 mil millones de tweets por minuto en el mundo; la frecuencia de tweets por mes en ese mismo año se mantuvo en 100 millones y en el 2012 se duplicó a 200 millones. Más recientemente, con el Tornado de Oklahoma, lograron rastrear unos 2,7 millones de tweets clasificados, pero suponen se viralizaron unos 10 millones en las primeras 48 horas después de pasada la tormenta de arena.

Hay quien se preguntará cómo funciona el Dashboard con el que experimenta Meier, y la respuesta es que el equipo trabaja con un sistema para extraer automáticamente información de mensajes de microblogging en tiempos de desastre. Este, utiliza técnicas de aprendizaje automático del estado de la técnica para clasificar los mensajes en conjunto de clases de “grano fino” y extraer información estructurada autónoma aprovechable en análisis de datos complejos y la integración más allá de texto plano.

El sistema fue probado en un desastre relacionado con el mundo real y un conjunto de datos que consta de cientos de miles de mensajes de microblogging. Los datos de entrenamiento para el aprendizaje de técnicas se ha generado utilizando crowdsourcing y la meta que se plantea él junto al grupo de científicos con los que trabaja, es demostrar que el Twitter Dashboard o “tablero experimental” proporciona a las organizaciones humanitarias, como la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) una plataforma que les permitirá crear sus propios clasificadores automáticos en tiempo real.

En otro orden de ideas, el comunicador social-periodista colombiano Juan Trillos (2011) plantea en su libro “La Facultad Predictiva del lenguaje: de la comunicación celular a la comunicación digital” recuerda que la humanización del lenguaje es el proceso posterior a la hominización y que trata del fenómeno en el que el homo sapiens construye sociedades a partir del progresivo desarrollo del pensamiento-lenguaje, que se verá reflejado desde el instante mismo en que empieza a usar herramientas de manera consciente con fines a mejorar sus condiciones de vida. (p.63)

Es así como explica que “no hay lenguaje si no hay pensamiento y no hay pensamiento fuera de la vida orgánica. La vida entonces tiene en el lenguaje la herramienta para expresar su pensamiento, y éstas la extensión del pensamiento del hombre. Por las herramientas, se conoce al hombre, que estructura de pensamiento ha tenido en su evolución. De modo que si se conocen sus herramientas, también es posible determinar el estado evolutivo de su lenguaje, recordando que nada evoluciona sino por la vida misma que siempre ha estado impulsada por un tipo de pensamiento predictivo”. (p.74)


Con el surgimiento de las redes sociales, se han generado intensos y acalorados debates en torno a su utilidad, la criticada enajenación de las generaciones más jóvenes sumergidos en las redes de los entornos virtuales ó la manera en la que se evidencian notorias mutilaciones en la redacción o el adecuado uso de la ortografía. Lo que hace recordar la reflexión de Trillos en la que expresa que la postura correcta no sería atacar la tecnología o calificarla de buena o mala, sino de someterla a la voluntad consciente del hombre y ponerla al servicio del progreso de las sociedades. 

A modo de conclusión, se reitera en la importancia de “educar para la prevención” en estos escenarios complejos, ambiguos, dinámicos y complejos, ahora permeados por el efecto contagio de las redes sociales. Políticos, académicos, comunicadores y profesionales en atención de emergencias, no pueden darse el lujo de no tener una visión estratégica que permita hacer una planificación que siga la intención de una doctrina que avale políticas públicas en este sentido. La prevención debe necesariamente estar en manos responsables y comprometidas con lo social y las necesidades básicas de seguridad de los ciudadanos, a fin de poder dar cumplimiento a la ejecutoria de programas, también educativos, co los debidos controles y mecanismos de evaluación de las estrategias planteadas.

Resumen: Conferencia magistral “Universidad Autónoma del Caribe”, Barranquilla
V Cumbre Mundial de Comunicación Política, Cartagena de Indias
Colombia 2014

  
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ü  Carla Tejada (2013) autora del Diagnóstico y estrategia de comunicación para la prevención de emergencias y desastres http://www.dspace.uce.edu.ec/handle/25000/935
ü  Carta Declaración de Seguridad de Las Américas. 2003.
ü  Cloutier, J. (1995) La apropiación tecnológica o EMEREC, el audio-escrito-visual y la telemática. Reflexiones sobre el futuro audiovisual. Las nuevas tecnologías. (pp.263-272). Caracas: CONICUT – UNESCO
ü  Mc Luhan, M. (1989). La Aldea Global. Barcelona: Editorial Gedisa.
ü  República Dominicana. Decreto No. 360-01, el cual crea el Centro de Operaciones de Emergencias de la República Dominicana. Santo Domingo. 2001.
ü  República Dominicana. Decreto No. 361-01, el cual crea la Comisión Nacional de Emergencias’, Santo Domingo. 2001.
ü  República Dominicana. Decreto No. 932-03, que aprueba el reglamento de aplicación de la Ley 147-02, sobre gestión de riesgos. Santo Domingo. 2003.
ü  República Dominicana. “Ley No.147-02, Sobre Gestión de Riesgos y su Reglamento de Aplicación”. Santo Domingo. 2002.
ü  República Dominicana. Decreto 18-13, que crea la Comisión para el Manejo de Desastres Naturales, responsable del cumplimiento de la Iniciativa HOPEFOR.
ü  República Dominicana. Ley 1-12 Estrategia Nacional de Desarrollo 20030.
ü  Reglamento para la Operación del Fondo Nacional de Prevención, Mitigación y Respuesta ante desastres, marzo 2001.
ü  Trillos Pacheco, Juan “La facultad predictiva del lenguaje: De la comunicación celular a la comunicación digital”. Editorial Uniautónoma. 

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