El Gabo, su hermano y yo




Ahora que Gabriel García Márquez, cariñosamente y mejor conocido como el “Gabo”, vuelve a ser noticia al conmemorarse un año de su desaparición física, reafirmo como una bendición de Dios, la oportunidad de haber conocido a todo un “ingeniero intelectual” en un maravilloso viaje a la ciudad de Cartagena de Indias en Colombia, a finales de este mes marzo.

No se trata propiamente del periodista colombiano, sino más bien de su hermano Jaime García Márquez, con quien tuve la bella la oportunidad de recorrer las emblemáticas calles de la zona colonial de esa ciudad, en un breve e improvisado paseo a pies que inició luego de pisar la sede de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), la cual tiene un bello suelo bitono como un tablero de ajedrez, y que está ubicada en la calle San Juan de Dios # 3-121 de la referida ciudad.
La sede de la FNPI queda al lado de una casona donde funcionaba "El Espectador" diario en el que Gabriel García Márquez escribió sus primeros artículos. En sus manos, libros donados de Comunicación en Emergencias
Jaime junto a su tocayo Jaime Abello Banfi, co-fundaron en el año 1994 esta organización sin fines de lucro que preside “Gabito” como cariñosa e insistentemente le recuerda, y tiene como objetivo ayudar a jóvenes periodistas a aprender el oficio bajo las orientaciones de grandes maestros como Alma Guillermo Prieto, Jon Lee Anderson y Miguelángel Bastenier, entre muchos otros.
Jaime G. Márquez en su oficina relata anécdotas sobre su vida familiar.
Jaime me lee su discurso en homenaje "Presencia del ausente", Bs. Aires
Este ingeniero, a quien no dudé de entrada en obsequiar varios ejemplares del Libro “Comunicación, emergencias y desastres” editado en el 2012 por la Universidad del Caribe -además de proponerle cursos de capacitación en el área de prevención y seguridad en emergencias-, me recordó que es apenas uno de los catorce hermanos que tiene el escritor con residencia en México hace medio siglo.

De entrada en nuestra recién creada amistad, me confesó con lágrimas en sus ojos y después que oramos, el profundo dolor que le embargara la reciente muerte de su hermano menor Gustavito el pasado 9 de marzo y desde entonces, le percibí como hombre de indudable generosidad y humanismo, profundo amor no sólo hacia “su marida” (así llama a su esposa) y sus hermanos, sino también con una honda preocupación porque la herencia intelectual del Gabo no perezca.
Ceinett Sánchez y Jaime G.M en la sede FNPI
Un pasante me obsequia una hermosa antología del GABO
Carlos Serrano, editor de contenidos FNPI
Tras esta única experiencia (no todos los días se conoce a un hermano del Gabo) me es inevitable pensar en Colombia y no recordar la ágil pluma de la autóctona crónica periodística caribeña del “Gabo” y de sus múltiples legados literarios, intelectuales y hasta políticos de un afamado escritor, novelista, cuentista, guionista, periodista y merecedor del Premio Nobel de Literatura conferido en el año 1982.

Viene a mi mente que de niña y sin sospechar que años más tarde yo también me convertiría escritora, el escuchar siempre como uno de los libros más importantes de la narrativa hispanoamericana, el título de la obra “Cien años de soledad”. También recuerdo a mi propio padre insistiéndome casi a diario y de manera repetitiva que estudiara y leyera mucho, porque esto me garantizaría sobradas razones para conversar de cualquier cosa y con cualquiera en un futuro. Papi, aprovecho para darte las gracias por tus regaños y por enseñarme el valor y significado de las letras en su conjunto y contexto. !
El hermano del GABO adora recorrer por las esquinas del Centro
Momentos antes de despedirme de Jaime
Así que Jaime el actual subdirector ejecutivo de la FNPI entre otras cosas, me contó es un lector asiduo de las obras de su hermano y además le fascina realizar recorridos por el centro de Cartagena con periodistas e interesados, para relatarles en las esquinas de sus calles, anécdotas que dieron origen a muchas de sus novelas. De hecho me dijo, que junto al resto de sus hermanos, practican un particular deporte y es el de intentar averiguar qué personajes del universo de García Márquez están inspirados en individuos reales.

Conversamos largas horas sobre el origen de El amor en los tiempos de cólera” y para Jaime, se convirtió en su obra favorita tras desbancar a “Cien años de soledad” y al tirano anónimo de “El otoño del patriarca”. Aprovechó para destacar de una manera muy afable, obras como El general en su laberinto”, entendiendo que sea o no verdad lo que cuenta, “tienen el sabor de veracidad de las cosas pasadas”.

Con tierna modestia me relató que nunca ha escrito ni siquiera una carta de amor y que a diferencia de su hermano, notaban en el Gabo ya desde muy pequeño, era disciplinado y un lector voraz. “Gabriel llegó a la literatura a través del dibujo y mi abuelo contribuyó en buena parte a ello, porque le daba lápices y papel para que no pintara en las paredes de la casa”, afirmó Jaime.

Me recordó que hace casi medio siglo (en el año 1967) la editorial Sudamericana en Argentina publicó la famosa novela Cien Años de Soledad y que mucho tiempo después en Buenos Aires en el año 2005, el Museo del Arte Latinoamericano celebró con especialistas argentinos y colombianos el ciclo-homenaje que titularon “Presencia del ausente” con el objetivo de profundizar en la extensa producción del escritor y subrayar el lazo que une al autor con Argentina, pese a que no ha vuelto al país desde la presentación de su gran novela.

Es oportuno recordar en esta parte, que la notoriedad mundial de García Márquez comienza cuando se publica esta novela en junio de 1967 y logra vender en una semana 8.000 copias. De allí en adelante el éxito fue asegurado y la novela vendió una nueva edición cada semana, pasando a vender medio millón de copias en tres años. Fue traducido a más de veinticuatro idiomas y ganó cuatro premios internacionales.

A la actividad homenaje en Buenos Aires en el 2005, Jaime fue invitado como uno de los principales oradores. Un discurso notablemente aplaudido y que ahora yo conservo. El me lo cedió en formato digital cuando conversábamos en su oficina, pero ahora por su propia petición, no lo haré público hasta tanto él no apruebe la edición y correcciones que me pidió le hiciera antes de darlo a conocer.
Una bella panorámica de los atardeceres en Cartagena
 Finalmente, Jaime García Márquez asegura el Gabito, "todavía conserva el humor, la alegría y el entusiasmo que siempre ha tenido". De hecho, la última vez que se le vio públicamente fue el pasado 6 de marzo, cuando cumplió 87 años; un grupo de periodistas acudió a su residencia, en el exclusivo barrio Pedregal de San Angel, sector sur de una ciudad mexicana y a donde le cantaron la tradicional melodía de cumpleaños "Las Mañanitas". 

Relatan que el escritor estaba de buen humor y saludó a algunos de sus seguidores y reporteros, y su asistente repartió flores amarillas a cada uno. Así que doy gracias de nuevo a Dios por la vida del Gabo, la de su hermano y de la mía propia, porque me permite disfrutar experiencias bonitas y compartir esta breve anécdota con ustedes.


A los colegas, feliz día del periodista; les invito a darse una vuelta por la FNPI y sus opciones de capacitación en www.fnpi.org, son geniales y siempre cuentan con becas. Y recuerden, como decía el Rey Salomón en su famoso libro Eclesiastés 12 que “No hay fin de escribir muchos libros, y el mundo estudio es fatiga de la carne; después de todo discurso oído el verdadero mandamiento de Dios para los hombres, es amarle por sobre todas las cosas”.

Dios los bendiga
Ceinett Sánchez

PD Agradezco de manera especial a Hernán Restrepo y a Carlos Serrano de la FNPI por hacer posible mi visita a la bella Ciudad de Cartagena, reciban un abrazo hermanos...

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