UNIÓN EUROPEA Vs. REPÚBLICA DOMINICANA en Emergencias




Analizar las complejidades de la Unión Europea desde su misma creación en el año 1993, como instrumento de integración política para la creación de un espacio común de libertad, justicia y seguridad, es fascinante por el solo hecho de tratarse de un sistema único en el mundo, de relaciones de gobernanza entre 28 países de relativa proximidad geográfica, diferencias culturales y hasta de idiomas. 

Esta condición sin precedentes, le ha hecho merecedora en el año 2012 del Premio Nobel de la Paz y a sus naciones, como fieles representaciones de la democracia y la defensa de los Derechos Humanos en Europa, tras una carrera “paso a paso” de transformaciones progresivas y acoplamientos que fortalecen su compromiso basado en el principio de la “confianza mutua” y ahora más recientemente con el modelo de “cooperación reforzada” como reflejo de la capacidad, para trabajar frente a amenazas comunes y el objetivo inicial de garantizar la cooperación y la paz, independientemente del ritmo y prioridades nacionales de cada país.  

Se conoce que en la evolución de este mercado común de bienes y servicios, el complejo sistema jurídico y político de la que forman parte sus diferentes instituciones (Parlamento Europeo, Consejo Europeo, Consejo de la Unión, Comisión Europea, Tribunal de Justicia, Tribunal de Cuentas y el Banco Europeo) si bien no escapa de ciertos vicios burocráticos y enredados procedimientos para la toma de decisiones en el corto plazo, a esta “maraña” gubernamental no le faltan las estructuras parlamentarias de lugar, ni los mecanismos de revisión y control que puedan contrarrestar cualquier intento de corrupción o estancamiento de acciones.

Llama la atención y es aplaudida por parte de la autora de este ensayo, que la Unión Europea específicamente en materia de seguridad, defienda y trabaje en base a un principio de disponibilidad de información que hoy en día optimiza la operatividad policíaca y de inteligencia, de una manera coordinada. También que exista un Mecanismo de Gestión de Crisis y otros de Cooperación para la Protección Civil dependiente de la Comisión Europea, creados con el fin de mejorar la coordinación de intervención de ayuda y obligaciones también “informativas” en situaciones de desastres y emergencias.

En este contexto, hoy en día los países de la UE se encuentran frente a un reto específico no menos complicado, que es el de educar y sensibilizar a sus ciudadanos sobre el funcionamiento de sistemas de protección y atención civil como la línea telefónica EMERGENCIAS 112, así como muchas otras iniciativas de alertas tempranas, prevención y rehabilitación post-crisis que se pretenden con uso de las tecnologías y las comunicaciones.

En la República Dominicana, un país que nada tiene que ver con la Unión Europea salvo por sus relaciones económicas y antecedentes históricos o migratorios con algunos de sus países, si pudiera tener en común amenazas a la seguridad ciudadana frente a emergencias. Además, en su realidad socioeconómica y características geográficas de vulnerabilidad  muy peculiares (sismos, huracanes, inundaciones, deslaves) este país pudiera considerar para su desarrollo, la gestión de políticas públicas del modelo europeo.


Una interrogante muy particular de la autora en este sentido, es que así como existe una sinergia y visión compartida entre 28 países que trabajan para un bien común  más allá de sus diferencias culturales y complejas dinámicas de sistemas, entonces ¿por qué no pensar que 32 provincias más un Distrito en la República Dominicana, un país comparativamente pequeñísimo, pudieran fortalecer sus autonomías regionales aprovechando el marco legal que ofrece la LEY 147-02 la cual establece claramente la necesidad de trabajar en la gestión de riesgos en el antes, durante y después de un desastre y/o emergencia a través del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Respuesta de Desastres desde cada gobierno local?

De acuerdo a su ubicación en la Región Caribe, no está República Dominicana hermanada en fronteras con otras naciones como la UE más que con Haití; no obstante, existen países vecinos y un sinnúmero de relaciones políticas-económicas con otros países en el mundo con los cuales pudiera compartirse estrategias de común acuerdo. Dicen los expertos en gestión de riesgos, que donde los  países son muy pobres, en condiciones normales tomarían para recuperarse después de un desastre como los huracanes de 10 a 15 años, por lo que valdría la pena revisar, qué se puede tomar de la UE para fortalecer las Políticas y el Sistema de Información de Gestión de Riesgo dominicano ó cuáles aspectos hay en común por ejemplo, con respeto al sistema telefónico de atención de emergencias que en el país se intentó bajo el número 911 (año 2005) de acuerdo a uno de los componentes del Plan Nacional de Seguridad Democrática en el gobierno pasado.

En los siguientes párrafos la autora hará un análisis comparativo así como el estado de acción de varias iniciativas en curso tanto en la UE como en el país, que necesitan no sólo de las tecnologías de las informaciones y las comunicaciones en el marco de un fortalecido sistema político, sino también de una importante colaboración ciudadana, y es en este último aspecto, donde se adelanta existe uno de los más grandes retos que se presentan a países tanto desarrollados como en vías de desarrollo: LA EDUCACIÓN y la necesidad de una CULTURA PREVENTIVA frente a EMERGENCIAS y DESASTRES en la ciudadanía.

Por último el ensayo finaliza con algunas críticas constructivas sobre ambas realidades (europeas y dominicana) con respecto al manejo de la protección civil, así como algunas sugerencias y recomendaciones sobre el reforzamiento de las campañas educativas y manejo mediático de la gestión política en beneficio de la conciencia cívica. 

 
ANÁLISIS COMPARATIVO MODELO UNIÓN EUROPEA – REPÚBLICA DOMINICANA EN GESTIÓN DE EMERGENCIAS Y DESASTRES

No hay dudas de que la Unión Europea (UE) en su conjunto (la Comisión y los Estados miembros) actualmente es uno de los principales contribuyentes de ayuda humanitaria del mundo. Su brazo ejecutor, lo representa el Servicio de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO) creado en 1992, cuyo mandato consiste en “prestar ayuda y auxilio (en forma de bienes o servicios) a las víctimas de conflictos y de desastres naturales o de origen humano que tengan lugar fuera de la UE”. (1)

La experiencia más cercana a la realidad dominicana sobre la recepción de esa cooperación por parte de la Unión Europea, se tuvo en el año 2010 cuando ocurrió el terremoto en Puerto Príncipe Haití, a sólo 4 horas de distancia del país. Esta asistencia inmediata, de acuerdo a lo estipulado en sus marcos legislativos, estuvo abanderada de los principios de respeto del derecho internacional, de no discriminación, imparcialidad y neutralidad. 

Tal y como está establecido, participan de estas operaciones ONG´s, agencias humanitarias de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales de modo complementario, coordinado. Por otra parte, en virtud del Tratado de Lisboa que crea un Cuerpo Voluntario Europeo de Ayuda Humanitaria (artículo 214 del Tratado de Funcionamiento de la UE) jóvenes europeos interesados en participar en acciones humanitarias que quieran colaborar en estas operaciones, pueden hacerlo, y por deducción, posiblemente muchos de ellos, estuvieron en territorio haitiano en la ya mencionada tragedia por la magnitud de las consecuencias del sismo.

Como país, si se llegara a presentar un desastre como éste, el acceso a este tipo de colaboración humanitaria resultaría idóneo. Sin embargo, la autora entiende que se necesitan instituciones estatales y políticas públicas en República Dominicana más eficientes y con actores (tomadores de decisiones) realmente comprometidos con el proyecto “PAÍS”, para el mejor aprovechamiento de estos recursos y de las coordinaciones interinstitucionales de lugar.

En este sentido, vale la pena destacar que en la presentación de la Ley 1-12 sustantiva de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 para la República Dominicana, se subraya que “la improvisación y la falta de coordinación” en el accionar estatal deben ser cosa del pasado y se admite la necesidad de “fortalecer la gestión de riesgos para dar sostenibilidad al desarrollo futuro”. En este documento, también se reconocen falencias en cuanto a la calidad de la acción estatal manifestadas en deficientes servicios públicos que deberían garantizar los derechos constitucionales de la población (salud, educación, justicia, seguridad ciudadana, entre otros) así como patrones que entorpecen el desarrollo nacional tales como corrupción, clientelismo y patrimonialismo. (2)

Esta visión país lleva a considerar también, el informe “Análisis de riesgos de desastres y vulnerabilidades en la República Dominicana”, un documento de contribución al Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Respuesta a Desastres por cierto presentado por el Programa de Preparación ante los Desastres de la Comisión Europea (DIPECHO) en el Caribe (2009), y llama la atención que la información disponible sobre las causas, variables y consecuencias del riesgo en la República Dominicana, resulta escasa y desactualizada, muy especialmente en lo concerniente a registros y datos estadísticos, “se evidencian vacíos y debilidades de los sistemas de información públicos existentes en materia de recolección, registro y procesamiento de estadísticas”. 

El informe señala que durante décadas, la actuación del estado dominicano frente a los desastres como se menciona en párrafos anteriores, estuvo marcada por una orientación básicamente “reactiva” y la ausencia de un “adecuado marco normativo e institucional”. (3) Se reseña que entre 1970 y 1980, República Dominicana sufrió más de 400 eventos originados por una gran variedad de causas y con diversos niveles de afectación lo que llevó a que en el año 2001, mediante Decreto Presidencial No. 360 se creara el Centro de Operaciones de Emergencia, a fin de ejercer un mayor control de la información durante un estado de amenaza o desastre, para garantizar una respuesta más coherente y coordinada de las operaciones de respuesta y rehabilitación.

Además, bajo los preceptos de la Constitución de República Dominicana modificada en el año 2002 y dentro de los lineamientos internacionales de la “Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres” de las Naciones Unidas, se estableció un nuevo marco legal para la gestión de riesgos: Ley No. 147-02 de Gestión de Riesgos y su Reglamento.


Sin embargo, aún y cuando esta norma establece los instrumentos de la política nacional de gestión de riesgos: 1) El Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Respuesta ante desastres; 2) El Plan Nacional de Gestión de Riesgos; 3) El Plan Nacional de Emergencia; 4) El Sistema Integrado Nacional de Información; y 5) El Fondo Nacional de Prevención, Mitigación y Respuesta ante desastres; a la fecha, no se ha constituido el “Sistema Integrado de Información Nacional”. La carencia de vínculos entre la planificación del desarrollo, el uso del territorio, las escasas inversiones y la ausencia de una gestión anticipada del riesgo, conforman un panorama poco halagador que refuerza el círculo vicioso de los desastres.

En las últimas décadas de hecho, la vulnerabilidad a los impactos de las amenazas naturales ha aumentado en la República Dominicana como consecuencia de una expansión urbana rápida y desordenada. En muchos casos no se han tomado en cuenta las medidas preventivas adecuadas en el diseño de la infraestructura y en el desarrollo de la producción de bienes y servicios, su ubicación, control de la calidad de la construcción o su mantenimiento. Debido a la falta de conocimientos sobre el riesgo, se sigue invirtiendo en áreas peligrosas y sin aplicar las prácticas adecuadas de prevención y mitigación.

Las condiciones socioeconómicas de la población, la dinámica ambiental que caracteriza las comunidades y sus factores culturales e históricos, determinan ciertos niveles de exposición diferenciada a las amenazas naturales y socio naturales.


El flujo de información se evidencia ineficiente y existe un limitado trabajo conjunto entre los sistemas nacionales y el resto de actores vinculados a la gestión del riesgo que permita saber y conocer quiénes trabajan en qué temas, coordinar esfuerzos y trasladar los resultados de éstos a un plano más local y comunitario transformando la información en conocimiento. Por tanto, los expertos sugieren apoyar iniciativas transnacionales entre las Repúblicas Dominicana y Haití, al ser comunes entre ellas gran parte de las amenazas, priorizar zonas de frontera, promover metodologías de manejo transfronterizo de los riesgos, y estimular acciones de educación y sensibilización pública.

Con lo anteriormente expuesto, la comparación de esta realidad con la de los países europeos en cuanto al desarrollo de la gerencia pública frente a emergencias y desastres es abismal. A simple vista, existen deficiencias de registros, estadísticas, inventarios de recursos, proyectos de desarrollo incompletos, y peor aún, existe la amenaza latente de los constantes cambios de los representantes gubernamentales, lo que pone en peligro la continuidad de los trabajos. A diferencia de la Unión Europea, la responsabilidad en la planificación estratégica deja mucho que desear, por las debilidades en los controles necesarios para cumplir con los objetivos de las iniciativas.

En República Dominicana, la Comisión Nacional de Emergencias es presidida por la dirección ejecutiva de la Defensa Civil y el Centro de Operaciones de Emergencias, órgano que coordina las acciones de respuestas en emergencias. A nivel provincial, existen representantes de la Defensa Civil, Cruz Roja y Cuerpo de Bomberos (cuerpo técnico PMR) y atienden emergencias de acuerdo a su naturaleza. La manera de comunicarse y levantar reportes de daños por parte de estos agentes, se limita a la comunicación radial o telefónica, y la toma de estadísticas llega a realizarse “a mano” con modestas tecnologías informáticas. Las decisiones sobre los mecanismos de intervención, se van realizando “sobre la marcha” y previo consejo de consulta con las instituciones del estado que se activan cuando hay un estado de excepción como lo representan “las emergencias”. (4)

En tanto que en Europa, para garantizar unidad y congruencia de acción, existe desde el año 2007 por decisión del Consejo Europeo un Mecanismo de Cooperación para la Protección Civil y que viene a mejorar la intervención de ayuda, delimita las obligaciones institucionales en cada país de la Unión Europea e instituye el Centro de Control e Información (CCI). (Nótese que en RD ni siquiera se ha creado el Sistema Nacional de Información establecido en Ley 147-02)   Este Centro, a su vez, lleva las datas relativas a inventarios de equipos y medios de transporte, programas de formación, mantiene un sistema común de comunicaciones e información (CECIS) y sirve en la elaboración de sistemas de detección y alerta rápida.

Cuando ocurre una emergencia por ejemplo, la Comisión Europea se encarga de la planificación estratégica en cuanto a las operaciones, levantamiento de informes sobre los recursos a utilizar y establece sus controles de supervisión. Toma las datas del CCI para conocer de las capacidades nacionales de la Defensa Civil de un país “X” y de sus medios militares, de ésta forma es posible una visión estratégica global de los recursos disponibles para abordar una catástrofe.

El órgano operativo de este mecanismo (CCI) tiene sede en Bruselas y funciona las 24 horas del día. Hace el contacto local en la Unión Europea para que la responsabilidad en la recepción o el despacho de ayuda, sea formalizada con el país que la solicita y se le apoye con imágenes satelitales y cualquier otra información actualizada que el caso requiera. (5)


Ahora bien, cuando se trata de coordinar ayuda a terceros (tal y como la autora presume ocurrió con Haití en el terremoto 2010) la presidencia del Consejo de Europa coordina las estrategias y políticas de intervención, mientras que la Comisión Europea coordina las operaciones en los países afectados y establece los contactos nacionales incluyendo a las agencias de la ONU establecidas en el país víctima del desastre. Sobre los fondos de ayuda, existe una partida anual para estos fines, de la que participan 30 países.

A diferencia de la UE, en República Dominicana no hay previsiones presupuestarias para financiar la reducción del riesgo o responder a emergencias, situación que evidencia una baja capacidad de los sectores involucrados, de apoyar las actividades que implementa la Defensa Civil y el COE para atender el tema. Se evidencia por tanto, según el ya citado “Análisis de riesgos de desastres y vulnerabilidades en la República Dominicana” (2009-DIPECHO Caribe) un “bajo nivel de resiliencia económica ante los desastres”.

En revisión bibliográfica, se encontró que desde el año 2001 el Mecanismo de Cooperación para la Protección Civil de la UE ha participado unas 150 veces para dispensar ayuda humanitaria. Fue solicitada asistencia por ejemplo en: el tsunami en Asia del Sur (2004/2005), los huracanes Katrina y Rita en los EE.UU. (2005), los terremotos en China (2008), Haití (2010), Japón (2011), las inundaciones en los Balcanes (2010), los incendios forestales en Grecia (2007, 2012), los disturbios civiles en Libia (2011), y la explosión en una base naval en Chipre (2011).
 
Como se aprecia, existe una cultura de gestión de los desastres como claro ejemplo del valor añadido de la acción a nivel de la comunidad europea, donde la responsabilidad nacional para tratar directamente con los desastres sigue siendo indiscutible, pero es facilitado y ayudado por la suma total de los recursos compartidos.
 
Hoy en día existe un sinnúmero de proyectos en la UE presentados por diferentes países, para integrar las comunicaciones en el mejoramiento de la gestión de riesgos ambientales y la seguridad ciudadana, por solo citar algunos ejemplos se tiene: EUROPCOM (Emergency Ultra Radio de Banda Ancha para posicionamiento y comunicaciones); ICIS (Sistema de Información en colaboración interactiva); MARIUS (Mobile Autónoma Sistema de Información Reactiva para Situaciones de Emergencias) NARTUS (Plataforma Europea para la Comunicación de Seguridad Pública para el futuro) y OASIS (Sistema Avanzado de Desastres y gestión de emergencias) (6)

En España, específicamente a partir de la experiencia del servicio telefónico de emergencias 112, ha surgido el proyecto europeo Alert4All, que se presentaría el próximo verano en Munich Alemania y tiene por objetivo crear un sistema de alerta temprana para los países de la UE y en el largo plazo, se convertiría en un protocolo común de comunicación paneuropeo.




Se trata de un sistema completo y eficaz de alerta temprana centrada en las personas y consta de cuatro elementos interrelacionados: el riesgo de conocimientos, la vigilancia y servicio de alerta, la difusión y comunicación, y la capacidad de respuesta. En este contexto, el proyecto Alert4All centra en el elemento tercero, la difusión y la comunicación, y tiene como objetivo “mejorar la eficacia de la vigilancia y la comunicación a la población en crisis con énfasis en una perspectiva paneuropea”. (7)
 
Para lograr este objetivo, Alert4All desarrolla un marco de alerta amplia e interdisciplinaria que integra las herramientas claves para lograr mejoras significativas en términos de penetración así como el impacto real de las estrategias de alerta. Con este fin, el proyecto investiga cinco grandes áreas de investigación: autoridades y operaciones de respondedores (basándose en la capacitación de los tomadores de decisiones);  el comportamiento humano (buscando comprender las reacciones desde el punto de vista sociológico de las poblaciones afectadas); el papel de los nuevos medios de comunicación social (monitoreando los niveles de percepción frente a situaciones de emergencias tanto en los medios tradicionales de difusión masiva como los electrónico incluyendo a las redes sociales); gestión de la información, con la incorporación de un website o portal de consulta común  y las tecnologías de comunicaciones.  


Llama la atención de la autora, que en el área de investigación relativa a la gestión de la información y el intercambio a través de Alert4All, aún y cuando los sistemas de gestión de emergencias son diferentes en cada país de Europa, e incluso regiones, se propone que exista un portal capaz de integrarlos a través del acceso compartido y la construcción de una imagen operacional y visión común de una determinada crisis.
 
Hoy día en la UE la comunicación que se utiliza incluye TV, radio, periódicos, Internet, y servicios de comunicaciones móviles, tales como la notificación automática y los servicios de mensajes cortos (SMS). Pero éstos están siendo enriquecidos con tecnologías basadas en Cell Broadcast y soluciones satelitales, así como con el uso de los nuevos medios sociales como Facebook y Twitter.  En este caso según la propuesta, Alert4All extendería el concepto de multi-canal de alerta mediante la adición de tecnologías basadas en satélites (incluidos los servicios de datos de navegación) para llenar el vacío en las zonas remotas y proporcionar resistencia durante las grandes catástrofes donde existan daños en las comunicaciones terrestres. 

En otro orden de ideas, en la UE existe una asociación interdisciplinaria que fue creada en el año 1999 con sede en Bruselas llamada European Emergency Number Association (EENA) que respalda si se quiere, al sistema nacional de información de emergencias de los países de la comunidad, y que dicho sea de paso, no escapa de los retos educativos para la sensibilización y conocimiento público de sus operaciones frente a los ciudadanos. 


El EENA tiene por objetivo promover los servicios de emergencias a través del número telefónico 112. En principio, el Consejo Europeo lanzó el #112 (año 1991) para beneficio en especial de los viajeros que circulaban por la UE, pero no fue sino hasta varios años después, que los ciudadanos ya podían marcarlo desde cualquier país en territorio europeo, gracias a la adopción de los principios de gratuidad (en teléfonos fijos y móviles, también en teléfonos públicos) no discriminación, localización de llamada y sensibilización. (8) De hecho el 5 de julio del año 2011 por Resolución del Parlamento, se declara el #112 como un “servicio universal” y se determina el inicio de nuevas iniciativas para mejorar las campañas de conciencia ciudadana y difundir sus bondades.  

Para reforzar este servicio (dado que en el 2008 se determina que 3 de cada 4 ciudadanos no conocen el #112 en la UE y se convierte en objeto de bromas y llamadas falsas), se crea una modalidad E-CALL (en caso de accidentes graves automovilísticos) también se proponen una serie de iniciativas para avivar la campaña mediática. Más delante de hecho, como mecanismo de control, se refuerzan las clasificaciones de las llamadas (para evitar las llamadas confusas o de falsa alarma) y la recolección de datos (con localización del que llama y su historial)

En indagatorias con el periodista y especialista en comunicación de crisis madrileño @LuisSerranoR, quien es también vocero del Servicio 112 en España, fue informado que en el caso de su país, “hay 17 comunidades autónomas y dos ciudades autónomas, en todas ellas funciona el #112 pero con modelos algo distintos”. Según relata, la media de conocimiento en España por parte de la ciudadanía es del 65% y en comunidades como Madrid es de más del 90%; por tanto considera que España, es uno de los países de la UE donde mejor está implementado y muchas comunidades autónomas afirma, se han convertido en centros de coordinación de emergencias. 

Con relación a la información que se brinda a los viajeros sobre el servicio 112, dice que se intenta que los visitantes sepan que, en caso de emergencia, deben llamar a este número. Por el momento, “los Centros 112 están gestionados de buena forma, y pese a la crisis, es una de las áreas que menos recortes ha sufrido”, señaló.

Sobre este tema en particular, cabe destacar que en la República Dominicana se intentó instaurar el Sistema Nacional de Asistencia de Emergencias y Seguridad 9-1-1 a partir del año 2005 como uno de los componentes del Plan Nacional de Seguridad Democrática bajo la coordinación del Ministerio de Interior y Policía, con la idea de que funcionaría con éxito el marcado al #911 tal como ocurrió en Colombia. Sin embargo, resultó que “de casi 2 millones de llamadas, sólo un 1.43 por ciento eran de reportes de emergencias reales, y el 98,57% eran llamadas molestosas”. (9) En aquel entonces, también perimió una propuesta elevada al Congreso Nacional en la que se pretendió cobrar Veinte pesos (RD$20) por minuto de llamada a las compañías de telecomunicaciones locales.
   
En cambio en Europa, existen los llamados PSAP (Public Safety Answering Point) o grupo de los PSAP y que varían su modelo, según el país donde funcionan. Se trata del personal que atiende las llamadas telefónicas, pudiendo ser éstos: policías, bomberos, médicos, o la combinación de dos o de todos, pero al final, de lo que se encarga es de canalizar la ayuda remitiendo la llamada a la institución correspondiente.

Aunque se han levantado voces que señalan el costo operativo para mantener el #911 es superior a los resultados esperados por este servicio de atención de emergencias, hay quienes defienden que existen mecanismos de control y evaluación lo suficientemente claros para la medición de desempeños, rendimientos, perfiles y horas de trabajo de los operadores; además alientan el uso de modernas tecnologías, que permiten cada vez una mejor exactitud geográfica de las personas que llaman y por consiguiente, este conocimiento garantiza intervenciones oportunas, la verificación genuina de las llamadas y el aumento de las probabilidades de supervivencia de quien (o quienes) ha(n) sufrido alguna lesión.

Así que retomando el papel del EENA, para la vigencia y el reforzamiento mediático del uso del #112, se constató en revisión documental, que hubo la firma de un convenio tripartito (Parlamento Europeo, el Consejo de la Unión Europea y la Comisión Europea) para establecer el "Día Europeo del 112" como el 11 de Febrero de cada año. Ese día, se celebra con júbilo y se realizan las promociones publicitarias de lugar por parte de las instituciones públicas y privadas involucradas con la campaña.

Otra de las acciones realizadas en este mismo tenor, tiene que ver con la creación de programas de orientación en las escuelas, que involucran a profesores y estudiantes en charlas, seminarios, concursos, etc. Así los niños desde temprana edad, son conscientes de este servicio y de la importancia de ser protagonistas en la gestión de riesgos. Otro ejemplo es  la creación del “El Embajador 112”, que consiste en la elección de una figura pública, destacada y de méritos en la sociedad, que impulsa este servicio de emergencias a través de los diferentes medios.

Existe un componente relativo a la motivación ciudadana a través de la organización de premios que se otorgan a la ciudadanía con diferentes concursos en diversas áreas, pero todos orientados a promover el número de servicio de emergencias. Otra propuesta que tiene ver con esto, es la relativa a convenios de colaboración hechos con medios estatales de información para anunciar el #112 en cuñas de radio y televisión.

Con la rúbrica de estos acuerdos los medios “deberían” regular tanto los spots publicitarios como las noticias que se emiten para crear una “sensación de seguridad”. También están contemplados convenios con puertos y aeropuertos para difundir mensajes de orientación a los viajeros en las diferentes vallas y espacios publicitarios; la impresión alusiva en las tarjetas digitales, passboards, boletos, etc. Además cuando hay eventos multitudinarios como los Juegos Olímpicos, el número se promueve en oficinas de información turísticas, lugares de recreación, habitaciones de huéspedes, webs de registros, campañas telefónicas.

En fin, existen esfuerzos coordinados entre los diferentes países de la Unión para garantizar el objetivo común de la seguridad de los ciudadanos y salvaguardarlos de cualquier amenaza o asistirles en cualquier situación de emergencias.  De acuerdo a lo explicado en clases, este proceso de cohesión de la UE no ha sido nada sencillo, tampoco posible en el inmediato plazo y de allí precisamente su sello original y el reconocimiento por parte de la comunidad mundial que le identifica como un único modelo económico que ha logrado alcanzar en un clima de paz y significativos avances de desarrollo.
 
Quien suscribe entiende que el respeto y el principio de confianza mutua para ir detrás de un objetivo cuando dos o más se ponen de acuerdo en cualquier asunto, tienen probabilidades mínimas de fracasar, porque ya los elementos más importantes están presentes, más aún cuando la carrera tiene su fin en la paz.

República Dominicana al igual que los países de la Unión Europea, después de muchas conquistas en defensa de su soberanía y modelos económicos adoptados, tendrían más que identificados sus objetivos nacionales no sólo en los papeles y en leyes interpretativas, sino también en el sentir de sus ciudadanos. Pero el gran reto que se aprecia, tiene que ver con una cultura de promoción y de comunicación a las actuales y venideras generaciones que según se vislumbra, tendrán cada vez mayor acceso a las tecnologías de la información, no significado esto, que tendrán la suficiente sensibilidad y conocimiento de la evolución de sus sociedades, así como de las latentes amenazas a la supervivencia de sus especies. 

Por eso la importancia de ir adecuando en el tiempo, las campañas educativas y las regulaciones legislativas para asegurar que los medios de comunicación institucionales o privados, también de sus actores, tengan un mayor compromiso en la difusión de cualquier estrategia que se planifique desde las políticas públicas para ayudar en situaciones de emergencias y desastres.

Entonces así quizás, las mencionadas trabas para la adecuada socialización de la información así como para el correcto manejo de las alertas tempranas y estrategias de comunicación del riesgo, dejarán de ser una preocupación y quedarían superadas.

Ceinett Sánchez
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


1)      Mandato Servicio de Ayuda Humanitaria de la Comunidad Europea ECHO.  
2)      Ley 1-12 Estrategia Nacional de desarrollo 2030. Santo Domingo, República Dominicana 2012.
3)      Informe Análisis Riesgos de Desastres y vulnerabilidades en la República Dominicana DIPECHO. 2009
4)      Ley 147-02 sobre Gestión de Riesgos y su Reglamento en la República Dominicana. 2002.
5)      Mecanismo de Cooperación para la Protección Civil. http://europa.eu/legislation_summaries/environment/tackling_climate_change/l28003_es.htm
6)      CHORIST. Proyectos de la Comisión Europea de Intercambio de la Información para el Desarrollo y la Protección Civil. http://www.chorist.eu/
7)      ALERT4ALL. http://www.alert4all.eu/
8)      European Emergency Number Association  http://www.eena.org/view/en/index.html
10)   Public safety answering point.
http://en.wikipedia.org/wiki/Public-safety_answering_point