El comentario
surge a propósito de las acaloradas discusiones que han surgido entre
diferentes voces públicas, sobre el tratamiento que se supone en el país debe
dársele a este virus, ante la hipotética posibilidad y que nadie por supuesto
en la Isla Hispaniola desea, llegara a afectar a quienes viven en esta hermosa
y a veces victimizada región del Caribe.
Según
explicaron en Santo Domingo, la enfermedad dará de qué hablar y mucho qué hacer
por lo menos hasta finales del año 2015, dado que una posible vacuna o
tratamiento adecuado de pacientes sigue siendo experimental y la única certeza
expresada por la Organización Mundial de la Salud, es que debe seguir
promoviéndose información oportuna sobre su forma de contagio, realizarse minuciosamente
las tomas de muestra y evitar a toda costa, rumores infundados que puedan
alarmar a la población.
Sobre la
transmisión, se insistió en que la infección surge a partir del contacto con personas
o animales enfermos del Ébola, a través de sus fluidos biológicos o material
contaminado. No hay ningún peligro de transmisión por el aire, no se adquiere a
través de personas asintomáticas y que en el caso supuesto de llegarse a
detectar un caso en el país, debe procederse a la aplicación de estrictas
medidas de bioseguridad, que van desde
la autorización previa de la OMS para la toma de laboratorio, hasta el uso de una
compleja vestimenta y que fue descrita durante la jornada.
Se llegó
comentar que hasta el momento la simple precaución en combinación con las
aerolíneas que operan hacia y desde la República Dominicana, de monitorear el
historial de viaje de los turistas en sus últimos 30 días de tránsito, ha sido
considerada la mejor y más sencilla fórmula preventiva. Dado que de esa manera,
es posible al menos detectar si el viajero estuvo presente en alguna región
donde el Ébola se ha desbordado y las medidas sanitarias han colapsado.
Ahora bien, se
tocó el tema de que existe un plan de comunicación de riesgos con procedimiento
de vocerías y que se deriva de estrategias de comunicación e información masiva,
pero ahora que consulto a través del mismo Ministerio de Salud Pública este
manual aún no ha sido publicado y pienso que no existe momento más oportuno que
el AHORA para hacerlo.
Claramente
indicaron los expertos que estamos en la etapa de “Advertencia epidemiológica”,
pero que de allí a pasar a una “Alerta verde o amarilla” tomaría pocos días
desde el momento en el que eventualmente se detectara algún caso.
Me parece que al margen de lo que está
sucediendo en otras partes del mundo, donde las condiciones desde todo punto de
vista son diferentes en cada país, no podemos dormirnos en los laurales, y que
debemos avanzar un poco más rápido en la difusión de información clara y
oportuna sobre datos que sean de verdadero interés para evitar contagios
masivos.
Las
capacitaciones sobre este tema, también a periodistas, voceros, relacionistas
públicos y community managers, deben
enrolarse en la primera fila de las políticas de instituciones públicas y
privadas. En cada centro hospitalario, clínica, escuela, Universidad, deben ser
muchos los obreros multiplicadores de estas informaciones, para que la mies del
riesgo constituida siempre por la vulnerabilidad y la amenaza, quede reducida a
su mínima expresión.
Debo confesar
a esta hora que no le temo tanto a las pésimas condiciones de insalubridad,
hacinamiento y pobreza en la que muchos miles de dominicanos viven, como a la
falta de educación que advierte siempre en convertirse en desastre cuando no se
toman las medidas preventivas adecuadas.
Que Dios nos proteja
de esta plaga, y que mejor se desbarate en el mar en el nombre poderoso de
Jesús!...
Muchas
Bendiciones para tod@s
Ceinett
Sánchez M.A.
Periodista y
Magister en Gestión de Seguridad, Crisis y Emergencias
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