Ni bien ha iniciado la temporada de #HURACANES2014 en el Océano
Atlántico, cuando ya en la República Dominicana ha sido declarada una epidemia
por efecto de la expansión del virus de origen africano #Chikungunya. Los
titulares de los principales periódicos del país, dan cuenta de los miles de
casos en territorio dominicano y las redes sociales comienzan a mostrar los
alcances en otras latitudes en el extranjero como Panamá, otras islas del
Caribe y los Estados Unidos.
Son de aplaudir las iniciativas que desde el Ministerio de
Salud Pública y las organizaciones humanitarias instaladas en el país,
comienzan a emprenderse con miras de informar a la población, pero en especial
al personal médico que labora en las ya abarrotadas emergencias de hospitales y
clínicas privadas. Válidas también son las aclaratorias sobre los síntomas de
quienes padecen el virus, aunque aún existan confusiones y algunas
especulaciones sobre su origen.
Pero hay que recordar, que para esta época del año, es recurrente
el brote de un cóctel variado de enfermedad s asociadas a la temporada ciclónica:
afecciones de la piel, respiratorias, H1N1, leptospirosis, dengue, malaria y conjuntivitis
entre muchas otras. De modo que sus consecuencias en las poblaciones más
vulnerables (niños, mujeres y ancianos), siempre causan estragos no sólo en la
salud de la población, sino también en el bolsillo de una ya empobrecida masa
de personas que a diario lucha por sobrevivir a los embates de la carestía económica
y la falta de educación también en temas de gestión del riesgo.
Expandir cultura preventiva frente a las emergencias y
desastres, no es posible sin la participación de todos. Es tarde esperar que el
gobierno con su varita mágica, resuelva asuntos de estrecha relación con la
autoprotección y la prudencia en el manejo familiar de seguridad sanitaria y la
higiene. Al estado no le bastará sólo con dar a conocer por los medios, una cuantiosa
suma de dinero que pretende invertir en campañas educativas para hacer frente a este virus.
Hay que despertar y comenzar por casa, por la escuela, por
las universidades, por los mismos medios de comunicación; estos últimos con un
poder de persuasión que no debe desperdiciarse y que muy por el contrario, debe
estar al servicio de la educación y la información oportuna, pero no sólo dando
cuenta sobre el número de casos o mostrando las amargas denuncias de los afectados
que siempre se quejarán de las políticas públicas para atender las necesidades
de salud, sino que estos también deben hacer sus mejores esfuerzos por
contribuir con la prevención desde el mismo inicio de cada año.
En la Ley que Dios le dio al antiguo Israel se
incluían medidas para controlar, y en algunos casos prevenir, las enfermedades.
La Ley también contenía normas de seguridad específicas para evitar accidentes
en Deuteronomio 22:8 se lee “en caso de que edifiques una casa nueva, entonces tienes que
hacer un pretil a tu techo, para que no coloques sobre tu casa culpa de sangre
porque alguien que cayera llegara a caer de él”.
De manera que se nos invita desde tiempos antiguos a ser
precavidos y por eso finaliza esta nota con el inicio: ¿#SoyPreventivo frente
al virus #Chikungunya? Dios los Bendiga.
VIDEO https://www.youtube.com/watch?v=E9Px2Vehc4Q
Ceinett Sánchez
Comunicación, Emergencias y Desastres
#SoyPreventivo
@UnicaribeOnline
@DefensaCivilRD
@CESEDEFunglode
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