Mi amig@ periodista...
Evite generar pánico e histeria innecesaria...
Santo Domingo, República Dominicana.-
20 / 03 / 2020
Hora de publicación 0103 a.m.
Cuando hablamos de
comunicación estratégica y alerta temprana, pensando también que en las redes
sociales conseguimos un gran aliado para estos fines, la información es, en
primer lugar, un derecho que confiere poder y tal vez sea la única tarea en
previsión de desastres que puedan permitirse las comunidades vulnerables. Esto
revela con amplia claridad, por qué el rol de quienes difunden información es
tan importante en la gestión del riesgo de desastres.
Lo complicado de esto está, en que no
todas las personas con acceso al internet, manejan terminologías técnicas, para
garantizar materiales informativos oportunos, claros, útiles a la colectividad.
De forma tal, que quien encabeza una estrategia de comunicación u osa publicar informaciones digitales en medio de un desastre por ejemplo, debería, por prudencia, conocer algunos de
estos términos que considero, en mi opinión, oportuno citar:
1. El
riesgo: entendido como la probabilidad de pérdidas y daños futuros
a niveles tan grandes que un grupo social no es capaz de absorberlas,
enfrentarlas y recuperarse, empleando sus propios recursos y reservas. En ese
sentido, el riesgo se concibe conceptualmente como una función de dos
variables: la amenaza y la vulnerabilidad. Esta relación amenaza-vulnerabilidad
es de vital importancia a la hora de analizar el riesgo que se corre en
determinada situación y mucho más cuando se analiza el riesgo de desastres.
2. Los
desastres: son situaciones o procesos que se desencadenan como
resultado de la manifestación de un fenómeno de origen natural, tecnológico o
provocado por el hombre y que, al encontrar condiciones propicias de
vulnerabilidad en una población, puede causar alteraciones intensas, graves y
extendidas en las condiciones normales de funcionamiento de una comunidad, que
superan su capacidad de responder.
Así que la Gestión del Riesgo de
Desastres viene a ser, un conjunto de políticas, decisiones administrativas y
actividades operativas que aplicadas antes, durante o después de los desastres,
tienen por finalidad evitar la ocurrencia de los mismos o bien reducir sus
consecuencias.
Podrían entonces los twitteros,
blogueros, o colabores ciberconectados, elaborar materiales informativos
respondiendo a preguntas: ¿Qué causó las víctimas y daños? ¿Cuáles fueron las
principales dificultades para las tareas de socorro? ¿Cuáles fueron los
problemas en las horas y los días siguientes? ¿Se habría podido prever el
desastre? ¿Con qué preparativos se habría podido limitar el número de víctimas
y los daños? ¿Cuáles errores no deben cometerse de nuevo? ¿Cuáles medidas
fueron más beneficiosas?
Ahora que estamos frente a esta Pandemia de proporciones insospechadas, me permito sugerir algunas recomendaciones para que
comunicadores puedan cubrir la emergencia sanitaria por el #Coronavirus:
1. No dejar de escribir historias
sobre el Convid-19., aunque parezca un tema trillado, es muy relevante al
tratarse de una Pandemia que a todos nos expone.
2. Definir los términos en cada
historia., recuerde hacer aclaratorias sobre palabras muy técnicas para que
todos le entiendan.
3. Utilizar las redes sociales de
manera efectiva., habilitando etiquetas, tagueando a quien debe, geolocalizando
sus informaciones, usando lenguaje digital atractivo.
4. Buscar información sólida de
expertos en enfermedades infecciosas y salud pública, y mantenerse alerta ante
las personas que intentan venderse como expertos cuando no lo son.
5. Cuando una información errónea se
vuelve prominente, desmentirla inmediata y efectivamente. Hágale la guerra a
los fakes news.
6. Evitar el balance falso., no sólo
se remita a los números, al final, lo que importa es la sana prevención.
7. Explicar lo que no sabemos.,
haciendo un examen de consciencia y no creyéndose el más experto de los
científicos.
8. Tener cuidado con señalar a “los
otros” como población en riesgo., no vaya a ser que usted mismo, cometa un
delito por violación de los Derechos Humanos y del derecho Internacional
Humanitario., así que sea prudente.
9. Incluir contexto., antecedentes,
explicaciones, referencias, testimonios.
10. Entrevistar a enfermeras,
enfermeros y otros profesionales pertinentes., considérelas de hecho, sus
primeras fuentes de información fiables, después de las voces autorizadas de
los gobiernos.
No hay que olvidar, que la
tecnología, en sí misma, no deja de ser un medio. Un canal. Un vehículo que
llevará más rápido los mensajes, que abreviará caminos, que facilitará el
tránsito. Pero que en fin, no podrá decidir, no podrá caminar, no tendrá la capacidad
de cambiar sino es por la acción inteligente del hombre, guiado por la
supremacía de una fuerza superior que escapa de la sapiencia humana y finita,
que le otorga el talento, la habilidad y la capacidad de discernir entre
informar contenidos edificantes o denigrantes, carentes de ética y
diametralmente inversos a los valores humanos positivos. O lo que es peor,
informaciones contrarias al principio de la “veracidad”, fuente de la que emana
el sentido benevolente para ayudar a salvar vidas a través de la información.
Por ende, las tecnologías de la
información y las comunicaciones muestran todo su potencial, pero resultan
insuficientes sin la contribución de otros múltiples actores y un claro sentido
de prudencia. La lucha contra los desastres y la minimización del riesgo,
significa un compromiso serio, puesto que están en juego la vida y los medios
de subsistencia de un sector importante de la población mundial y local; sin
embargo, es en buena parte responsabilidad de los gobiernos aplicar adecuadas políticas
públicas, asignando competencias y recursos al ámbito local, donde se
materializan las medidas adoptadas para hacer frente a las amenazas.
Comentan expertos en
comunicación del riesgo, que tanto la alerta temprana como la gestión del
riesgo, pueden jugar un papel importante en las etapas previas, durante y
después de una catástrofe. En el antes, porque permiten expandir cultura
preventiva entre los usuarios antes de que un fenómeno surja; en el durante,
porque su poder informativo tiene una rápida expansión multimedia que queda a
disposición de los usuarios conectados y sirve como página de aterrizaje cuando
se desata una crisis, al igual que hace Google.
Ya luego cuando pasa la crisis,
sirven para reclutar voluntarios, como sucedió en Haití en el año 2010 y
emitir detalles sobre requisitos para registros y organización de
respuestas a la etapa de resiliencia o próximas situaciones de emergencias.
Ambas redes, a través de los servicios de anuncios, pueden publicitar en
cada una de las etapas de emergencias informaciones de utilidad, como teléfonos
de asistencia, ubicación de refugios, eventos de capacitación y gestión de
donaciones, entre otros. Así que el gran potencial y el carácter
público para llegar a millones de usuarios de forma gratuita, permite a las
organizaciones humanitarias evaluar el trabajo de sus voluntarios en cometidos
específicos, a la vez que podría motivar la donación de incentivos y
recompensas.
Finalmente, no desista de buscar oportunidades para mostrar a virólogos, epidemiólogos, enfermeras, funcionarios de salud pública, fabricantes de vacunas, genetistas y demás haciendo su trabajo.
Les deseo el mayor de los éxitos en una de las mayores y más hermosas responsabilidades, la de de los comunicadores:
Informar para salvar vidas!!!
Ceinett Sánchez,
Periodista, consultora y docente universitaria.
Fuerzas Armadas de República Dominicana.
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