En la mayoría de los
textos, sobresale su capacidad de estratega político–militar, considerados su oratoria
y sus escritos, extraordinarios. Empezando por su juramento en el Monte
Sacro de Roma, donde consignó su compromiso con la libertad de América y por la
cual, luchó 15 años sin descanso alguno, proclamando, escribiendo y sentenciado
en su discurso, la consigna de “La libertad, como esencia de su pensamiento”.
Esta misma narrativa,
fue la que comunicó en Angostura, al fundar en 1818, a sus 35 años, el
periódico Correo de Orinoco. En este se publicaron sus más importantes documentos:
discursos, artículos y algunas proclamas, convirtiéndose en el órgano oficial
de los logros de sus batallas.
“Somos libres,
escribimos en un país libre y no nos proponemos engañar al público”, se leyó en
la primera página del primer número del Correo de Orinoco, que se convirtió en
el diario de la libertad y gracias al cual, Bolívar se mercadeó como un
comunicador extraordinario.
Según como señala el
medio digital ecuatoriano “El Telégrafo”, el comunicador venezolano visionario,
al diagnosticar el entorno de la insurgencia libertaria, se dedicó a descifrar su
propia estrategia, haciendo una predicción de eventos futuros con increíble
certeza y jamás dejando de comunicar sus pensamientos.
Se aseguró de que las masas
y el mundo intelectual de la época, contemplaran a través de sus escritos, las
proezas dejadas con el paso de los ejércitos patriotas y que se pudiera comprender
en las Américas, la importancia del movimiento independentista que se estaba
gestando.
Por tanto, la comunicación
estratégica militar estaba sustentada, en la idea de propagar una información
social, basada en la justificación de la guerra, para contrarrestar las
campañas de los españoles.
El Correo del Orinoco
fue el primero de los medios creados en tres idiomas (español, francés e inglés),
el cual se leyó en Estados Unidos y en Europa, desde el 27 de junio de 1818,
cuando se editó su primer número, hasta el 23 de marzo de 1822, cuando concluyó
su publicación. A partir de cada jornada libertaria, fue creando otros periódicos
como El Peruano, El Correo Nacional, El Iris de Venezuela, El Centinela de la
Campaña, El Observador de Lima, La Estrella de Ayacucho, El Constitucional
Caraqueño y La Gaceta de Santa Fe de Bogotá, entre otros.
Escribía desde el lugar
de los hechos, como hacen los periodistas hoy en día, acompañado de un pintor y
retratista durante sus campañas militares.
En Colombia, donde se
reconoce su invalorable aporte al periodismo latinoamericano, se instituyó el Premio
nacional Simón Bolívar, que anualmente estimula el trabajo y la creatividad de
los periodistas que luchan por la libertad. En Venezuela se estableció el 27 de
junio como Día del Periodista, evocando la circulación del primer número del
Correo del Orinoco.
Desde Barquisimeto,
Venezuela, el comunicador Federico Álvarez, en su conferencia ‘Bolívar y el
Periodismo’ afirmó que el Libertador fue un revolucionario que utilizó
todas las formas de lucha, desde las armas hasta el discurso, la conversación,
la carta, el ensayo crítico y el periódico. “Tuvo una concepción clara acerca
de la utilidad de la prensa como artillería del pensamiento y supo usarla
magistralmente”, sostuvo el comunicador Álvarez.
Yolanda Osuna, escritora
venezolana, analizó las intervenciones de Bolívar desde la perspectiva de la
comunicación y las describió en su artículo Bolívar y la comunicación.
Actualidad del enunciado bolivariano.
El Dr. Luis Ramiro
Beltrán Salmon, comunicólogo e investigador boliviano, en su obra de 259
páginas El gran comunicador Simón Bolívar, demuestra, de manera documentada,
que el éxito liberador de Bolívar se sustenta también, en su capacidad
comunicadora para difundir su causa.
Beltrán destaca que
Bolívar fue orador y escritor, cuya formación y pensamiento tienen la pasión
por la libertad, que se percibía en todas sus intervenciones, en su prosa
político-militar, en su epistolario, en la prensa, en sus discursos y
proclamas. Realizó un estudio extenso y científico válido para demostrar, que
Bolívar es el comunicador de la libertad.
El ilustre venezolano,
Arturo Uslar Pietri, en su obra “Bolívar Hoy”, con las propias palabras del
Libertador, analiza su brillante capacidad comunicativa: “La atroz e impía
esclavitud cubrían con su negro manto la tierra de Venezuela, y nuestro cielo
se hallaba recargado de tempestuosas nubes que amenazaban un diluvio de fuego”.
Este texto define esa
pasión de Bolívar, que lo convierten en libertario y periodista, porque
comprende que sin la información —los hechos— no hay emisor; sin la prensa —el
medio—, no hay transmisión; sin la libertad —la causa—, no hay mensaje; sin el
pueblo que se interrelaciona, no hay comunicación. Esta acción comunicacional
aportó, en buena forma, a las acciones emancipadoras para lograr la libertad de
las 5 naciones.
El mensaje sublime de
Neruda a los hombres que luchan por la libertad, el mensaje a los maestros y a
los comunicadores sociales de este siglo XXI. Se debe recoger esta lección de
libertad y proclamarla, recordando que el Libertador despierta cada 100 años
cuando despierta el pueblo: ¿Habrá despertado el pueblo ecuatoriano? Simón
Bolívar es la voz de un comunicador libertario. Es la pluma de un periodista
insurgente. Es la visión de un director de medios que comprende la estrategia
de la libertad.
Es una lección del
catedrático de maestros y comunicadores sociales, que alienta a sus pupilos a
defender los derechos de los pueblos oprimidos. Es el pensamiento vivo del
comunicador social que convoca, no solo a aquellos hombres que se lanzaron a
hacer milagros a su llamado, sino a todas las vastas muchedumbres que lo siguen
nombrando y buscando.
Al finalizar estas breves referencias, que he releído en el transcurrir de este fin de semana en medio del actual toque de queda, sólo me queda pensar y reflexionar en aquella célebre frase de su autoría y que con tanta frecuencia nos repetíamos durante la infancia: "Una sola debe ser la nación de todos los Latinoamericanos, ya que en todo hemos tenido una perfecta unidad".
Creo que en este momento común, en el que atravesamos por los actuales retos y consecuencias de esta nefasta Pandemia, debemos pensar con unidad, pero sobre todo con visión estratégica, sin descuidar nuestros propios discursos y narrativas, conscientes, de que de una u otra forma, somos artífices de nuestras propias realidades y de la consecuencia de lo que pensamos y decimos en el hoy, de esto, dependerá nuestro futuro.
Recordemos y tengamos presente, que de comportamientos individuales, dependen, los colectivos responsables.
Dios los bendiga desde República Dominicana,
Ceinett S.
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