En un país como República Dominicana, muy a pesar de las grandes conquistas en materia de género que han alcanzado las damas, existen restricciones en el rol de la mujer y su participación en la política. Disposiciones legales sin cumplir, la exclusividad en las responsabilidades del hogar, su situación económica y en algunos casos, la violencia sexual y de género, influye en que muchas mujeres dominicanas, desistan de sus ilusiones de convertirse en líderes políticos. Sin embargo, reconocemos que muchas no se han vencido, y siguen avanzando.
Para ellas, reproducimos la siguiente información científica. Dios les Bendiga. Ceinett Sánchez.
SANTO DOMINGO. El marco jurídico
electoral dominicano, al igual que las resistencias ideológicas a lo interno
del Estado, de los partidos y en menor medida de sectores de la sociedad misma,
restringen la participación equitativa de las mujeres en los espacios de toma
de decisión.
La afirmación es una de las
principales conclusiones del análisis “Mujeres, participación y ciudadanía en
República Dominicana. Logros, desafíos y apuestas” que presentó el Centro de
Estudios de Género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (CEG-INTEC), a
propósito de conmemorarse este 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer.
El documento describe una panorámica sobre la situación de las
mujeres dominicanas en el plano social, político y económico situando los avances
logrados en materia de participación y derechos de las mujeres, pero
enfatizando los déficits que persisten y que se evidencian como pendientes de
atención prioritaria.
El CEG-INTEC presenta la situación de
la mujer dominicana de acuerdo a las tres áreas de autonomía propuestas por la
Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL): autonomía en la
toma de decisiones, autonomía económica y autonomía física.
Autonomía en
la toma de decisiones
Algunos de los obstáculos de mayor
relevancia para elevar el nivel de participación política de las mujeres dominicanas
con relación al marco jurídico electoral nacional y al ámbito socio-económico y
cultural son: La ley no reglamenta el orden de colocación de las mujeres en
las listas de candidaturas, permitiendo a los partidos colocarlas en las
últimas posiciones, difícilmente ganables. Esta práctica, aunada a la
disposición de intercalar una mujer cada dos hombres es desfavorable para las
mujeres en tanto las circunscripciones electorales nacionales son mayoritariamente bi-nominales, y no dan cabida a un tercer cargo.
· La disposición que establece la alternancia por sexo en
los altos cargos de las alcaldías no
obliga a los partidos a garantizar el
33% para las mujeres en el caso específico de las sindicaturas, propiciando que
los partidos releguen a las mujeres a las vice-sindicaturas.
· Existen barreras en el ámbito familiar-personal en términos
de falta de apoyo familiar u oposición de las parejas de las mujeres
candidatas.
· Disponibilidad de pocos recursos económicos por parte de las
mujeres candidatas y dificultades de
acceso a apoyo financiero para sustentar sus candidaturas.
· La responsabilidad exclusiva de las mujeres en el cuidado del hogar y la crianza de los hijos y
las hijas, que dificulta la conciliación entre roles reproductivo, laboral, la
participación social y la militancia
política.
El texto señala que como resultado de las barreras indicadas, el balance de participación
femenina en los espacios de toma de decisiones es desfavorable para las mujeres en los siguientes aspectos:
· En términos de cantidad de mujeres en cargos ministeriales,
la República Dominicana cuenta con cuatro ministras (18%) del total de 22 ministerios
existentes, colocándose en el penúltimo rango entre los países con menor número
de mujeres en la dirección de ministerios del Estado.
· En la Cámara de Diputados el país cuenta sólo con 39
diputadas de un total de 190 diputaciones (20%). En el Senado tiene sólo cuatro
senadoras, de un total de 32 senadurías.
· A nivel de gobiernos locales, existen en la actualidad 15
síndicas (10%) de 155 sindicaturas. El país cuenta con 382 regidoras (33%) de
un total de 1,149 regidurías.
· En los máximos tribunales de justicia del país, las mujeres
representan sólo el 29.4% del total de jueces existentes, lo que evidencia la
sub-representación de las mujeres en un espacio adicional de la vida política
nacional no sujeto a elección vía voto ciudadano.
“Los niveles de sub-representación
femenina a más de 15 años de promulgada la primera ley de cuotas en el país
muestran que esta no se cumple ni siquiera en su mínimo esperado del 33%. Pone
en evidencia adicionalmente la falta de voluntad de los sectores políticos para
definir normativas complementarias o compensatorias realmente efectivas, indica
el documento.
En este sentido, plantea la
conveniencia de la aprobación de una Ley
de Partidos Políticos que contenga regulaciones claras y efectivas que promuevan
la participación política equitativa de las mujeres a lo interno de los
partidos políticos.
Autonomía económica
El documento “Mujer y Participación Ciudadana en RD. Logros, desafíos y apuestas” del CEG-INTEC refiere
que las estadísticas recientes indican que la tasa de pobreza femenina es 28% más alta
que la masculina, y que las mujeres presentan la mayor tasa de desempleo del
total de la población económicamente activa a nivel nacional (23.1% al 2014) lo
que las coloca muy por encima de la tasa
de desempleo masculina (8.7%).
En el 2013, un 32.9% de las mujeres
trabajaba en el mercado informal. Según establece el análisis del CEG-INTEC, la
informalidad del empleo tiene como consecuencia la desprotección de las mujeres en aspectos como la seguridad social,
así como en la ausencia de derechos laborales como vacaciones pagadas,
regalías, prestación de maternidad, liquidación por despido y contrato laboral.
En este sentido, el CEG-INTEC propone
la inclusión en el nuevo Código de Trabajo de las propuestas paritarias de género
realizadas por la Mesa Intersectorial de organizaciones e instituciones
gubernamentales y no gubernamentales del área de la mujer, relacionadas con
trabajo doméstico, conciliación de responsabilidades y obligaciones familiares
e igualdad de género y no discriminación en el trabajo.
Autonomía
física
Sobre este aspecto, el documento
señala que la violencia de género, en sus múltiples manifestaciones, se
mantiene como una problemática de dimensión epidémica en el país. Datos del
Centro de Estudios Sociales y Demográficos (CESDEM) del año 2013 indican que un
26% de las mujeres entre 15 y 49 años sufrió violencia física en algún momento
de su vida y en el 7% de los casos la experimentó durante el embarazo. También,
que una de cada diez mujeres dominicanas ha sido víctima de violencia sexual
Se afirma que el embarazo adolescente constituye otra
grave problemática en el país. De
Acuerdo a la ENDESA 2013, para ese año una de cada cinco mujeres de 15-19 años
ya había tenido hijos/as o había estado embarazada, mientras la cobertura en
educación sexual integral es mínima.
El CEG-INTEC destaca como un logro nacional la promulgación (diciembre de
2014) de la Ley 550-14 sobre el Código Penal en lo que respecta a la despenalización
del aborto terapéutico, ante embarazos
resultado una violación sexual, ante peligro de la vida de la madre o cuando el
embrión presenta malformaciones incompatibles con la vida. Sin embargo,
advierte que queda pendiente la redacción de las regulaciones específicas al
respecto en la legislatura de 2015.
Comunicación
institucional
7
de Marzo 2015.-
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